Posiblemente no recuerdes los instantes simples, tranquilos, tan comunes y corrientes, y sin embargo son tan especiales como los que consideras gloriosos e inolvidables. Porque esos instantes simples y tranquilos son los que te forman.
Sentir los muchos tesoros de la vida en instantes de grandeza es fácil. Pero si también puedes apreciar el valor que tienen los instantes tranquilos, simples, entonces te habrás conectado con algo realmente sublime. Los instantes grandiosos y emocionantes le dan sal y pimienta a la vida. Los pequeños, los tranquilos, le dan la esencia.
En cada instante yace un tesoro especial. Entrégale a cada uno de ellos lo mejor de ti.


