¿PORQUE MOLESTARSE?

Una de las cosas que he aprendido en lo últimos meses es a no molestarme. Realmente no gano nada, y si pierdo bastante con el hecho de hacerlo. Al final, molesto también a la otra persona, paso un momento desagradable y al final igual se me pasa.

Creo que algo más útil es aprender a manejar el conflicto, no estoy diciendo tampoco que hay que ser pasivos, callados y no decir nada y dejar que te pasen por encima, sino por el contrario, doblemente perspicaces, para saber realmente como actuar en aquellas situaciones incómodas de forma tal de sacarles provecho y conseguir lo que se quiere transmitir para que provoque un cambio en la otra persona.
Para ello ayuda bastante el contenido y la forma de nuestro mensaje, a veces es cuestión de decir las cosas pero con otra entonación, sin ofender a la persona, sino al acto que hizo, de esa forma, gana fuerza nuestra posición, es mejor recibida.
No hablamos de personas sino de comportamientos, y la distinción es crucial. No es lo mismo decir que lo has hecho mal, documentando tal afirmación, a juzgarte como una persona mala. No es igual observar una conducta y extraer conclusiones a la luz de datos y hechos irrefutables, que enfocarse en una serie de descalificaciones superficiales.
Otra cosa que ayuda es, que no se debe reprender cuando sientes la indignación por la falta cometida. -Espera al día siguiente, o más tiempo aún. -Y después, tranquilo y purificada la intención, no dejes de reprender. -Vas a conseguir más con una palabra afectuosa que con tres horas de pelea.
Debemos aprender a contentarnos con lo que venga, y sobre todo a mantener la serenidad, ya que si a pesar de haber puesto todo el esfuerzo para que salgan las cosas de alguna manera que al final no salieron, pues es porque Dios sabe porqué hace las cosas, y las mandará cuando más nos convengan.