
Deje largo rato bajo el grifo de agua, hasta que se vayan por el resumidero, el remordimiento por el pasado, la culpabilidad por el presente y el miedo por el futuro. Amase todo con ternura, generosamente sin ahorrar algun gramo de locura.
No se preocupe si tarda en ablandarse: la impaciencia no es compatible con la ternura. Sazone con la defensa de algún derecho, propio, y sobre todo ajeno. Cocine al fuego lento de la pasión, pero vigile que no se queme. Para decorar, use armonía con la existencia y distribuya en el molde combinando libertad, imaginación y lucidez. Deje reposar dos horas (o veinte años) y sírvalo con mucho amor.
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Lo viste, gracias