jueves, 29 de abril de 2010

LLENA TU VIDA DE LUZ ...ABRAZATE Y ABRAZA!!!

Un abrazo podemos darlo o recibirlo y si bien, es simple tiene un alto valor afectivo y simbólico.
Los abrazos auténticos son una de las mejoras formas de lograr salud y bienestar.
Un abrazo debe ser una expresión amorosa y respetuosa hacia los demás, en la que nuestro interés está en expresarnos de forma honesta. Podemos darlo o podemos recibirlo o las dos cosas al mismo tiempo.
Podemos darlo cuando nos llenamos de una emoción por algo que nos desborda de dicha y necesitamos así poder reciclarnos con otro.
Cuando estamos tan llenos de gozo, queremos dar lo mejor de nosotros en ese instante y casi cualquier persona que lo reciba es adecuada.
Sabemos que somos portadores de una energía desbordada y darla nos hace bien. Lo mismo le sucederá a quien lo recibe.
A veces, en estado de tristeza, desconsuelo, pérdida, o dolor emocional o físico, recibir un abrazo real y sentido es más reconfortante que una medicina, más sano que una copa de licor, y más ecológico y económico que cualquier gasto de energía.
Los resultados pueden ser inimaginables. En este caso hay que estar dispuestos a dejarnos contener por el otro y a recibir lo que su ser nos proporciona, como su confianza, seguridad, fortaleza, protección y, por ende, sanación.
Abrazo de luz
Abrazo energético
Abrazo “político”
Abrazo sanador
Abrazo sabático
Hay otro tipo de abrazo, es un momento de dar y recibir al mismo tiempo. Se trata de abrazarnos a nosotros mismos, o sea, cuando somos capaces de darnos (al tiempo que recibimos) confianza, protección, seguridad, fortaleza y sanación, generando una grandiosa y estable autovaloración de lo que somos y de lo que podemos lograr para salir adelante en lo que se nos presenta.
Esta singular estrategia se logra si somos capaces de integrar en el acto del abrazo todo el amor que poseemos –si no lo tenemos presente, podemos recrear el sentir, por ejemplo, con recuerdos de seres amados y toda la calidez posible. Luego, con la mente dispuesta y las manos amorosas, nos consentimos y estrechamos con las manos cada parte de nuestro cuerpo, recordándole así lo importante, amada, respetada y valorada que es para nosotros

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