Detente por un momento y llénate de esas sensaciones, date cuenta de cuán maravillosa, cuán especial puede llegar a ser la vida. A pesar de que esas circunstancias, momentos, puedan estar lejos en tiempo y espacio, los sentimientos positivos que conllevan estarán siempre contigo.

Eleva la mirada, en lugar de bajarla y verás un horizonte infinitamente más grande, más positivo. Celebra la verdadera benevolencia y belleza que yace en la vida, y esto se encargará de inundar tu realidad.
Tómate un instante, pronto y a menudo, para recordar cuán buena puede llegar a ser la vida. Y así, harás que aquella benevolencia y aquella belleza se fortalezca más aún.
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Lo viste, gracias