Al no esperar nada, siempre nos sentimos contentos, optimistas, alegres. Cuando en nuestro corazón albergamos alguna esperanza, no importa lo que recibimos, siempre esperaremos más. Podremos esperar que nos amen, pero no podemos contar que el que nos amen sea una realidad.

El amor se da libremente, no importa cuanto lo pida, el amor llega solo cuando se da de manera espontánea.
El hacer una serie de esperanza y una lista larga y cuadrada de qué es lo que esperas de alguien más, automáticamente le estamos quitando su singularidad, seria mejor enterrar nuestras esperanzas y amar a ese ser único y notable que posiblemente jamás se vuelva a cruzar en tu camino.
Debemos esperar, solo de nosotros mismos, de esta manera daremos la libertad a los demás de ser ellos mismos.
No existen dos personas que expresen su amor en la misma forma y esa expresión única es la que debemos amar para convertir el amor en la fuerza más poderosa y más perdurable de todas las fuerzas de la vida.
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Lo viste, gracias