Por timidez, por vergüenza, por temor al rechazo, por miedo, tratamos de comunicar ideas en otras palabras. Decimos 'cuídate', 'no manejes rápido', 'pórtate bien'. Pero, estas son diferentes maneras de decir 'te quiero’, 'eres importante para mí', 'me importa lo que te suceda', 'no quiero que estés mal'.
La única cosa que queremos decir y la única cosa que debemos decir, es la única cosa que no decimos. Y aun así, porque el sentimiento es real y la necesidad de decirlo es tan fuerte, usamos otras palabras y signos para decir lo que realmente queremos decir. Y muchas veces el significado nunca se comunica del todo, y la otra persona se siente ignorada y no-querida.
Aprender a “escuchar el amor” en las palabras que las otras personas nos dicen, es crucial en nuestras vidas. Un apodo dicho cariñosamente porta mayor afecto y amor que los sentimientos que son expresados de manera poco sincera.
Un abrazo o un beso impulsivos dicen 'te amo”, y aun cuando las palabras digan algo diferente.
Cualquier expresión de preocupación de una persona por otra dice 'te quiero'. Aunque a veces la expresión o las palabras son crueles, debemos mirar y escuchar muy atentamente el amor que contienen.
Decimos 'Te amo' de muchas maneras: Con regalos de cumpleaños y con notitas dibujadas, con sonrisas y a veces con lagrimas. A veces mostramos nuestro amor cuando nos mantenemos en silencio, sin decir una palabra, y a veces incluso hablando bruscamente. A veces mostramos nuestro amor a través de los arrebatos e impulsividad.
El problema de escuchar el amor es que no siempre entendemos el lenguaje de amor que la otra persona está usando.
Debemos esforzarnos por escuchar el amor. El problema con nuestro mundo es que la gente rara vez se escucha uno al otro. Oyen las palabras, pero no escuchan en las acciones que acompañan a esas palabras o en las facciones del rostro. O la gente solo escucha el rechazo o el malentendido. No ven el amor que esta allí, debajo de la superficie, aun cuando las palabras sean amargas.
Tenemos que escuchar el amor en aquellos que estén alrededor nuestro. Si escuchamos atentamente, descubriremos que somos muchísimo mas amados de lo que pensamos. Escuchemos al amor, y descubriremos que, después de todo, el mundo es un lugar muy amoroso.
El amor es feliz; Nos hace reír; Nos hace cantar; Nos hace tristes; Nos hace llorar, Nos hace buscar una razón; Nos hace pedir; Nos hace dar. Pero por sobre todo, nos hace vivir.
No es la presencia o la ausencia de la gente lo que hace la diferencia, porque una persona puede no estar solitaria aun cuando este sola. Algunas veces es bueno estar solo. Pero eso no nos hace solitarios. No es un asunto de estar presente con alguien. El asunto es estar presente para alguien.
lunes, 30 de agosto de 2010
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