PEDIR PERDON Y GRATITUD

Existen dos acciones que nos proporcionan niveles más altos de felicidad, el PEDIR PERDON, y el DAR LAS GRACIAS.

En general estas dos acciones nos ocasionan malestar, pues cuando nos imaginamos pidiendo perdón nos incomoda, o simplemente pensamos que si la otra persona no nos ha pedido perdón porque lo vamos a hacer nosotros. Sin embargo, en los múltiples estudios realizados con el perdón, los resultados sobre el nivel de felicidad son muy importantes, pero muchas veces no nos atrevemos a pedir perdón, sin embargo cuando lo hacemos nos sentimos tan bien, que se nos dibuja en nuestro rostro emociones positivas. Por otro lado tenemos la gratitud, el dar las gracias, pero no porque nos hagan un favor, sino dar las gracias a un amigo por estar ahí, de manera espontánea, o a tu esposo(a) por estar pendiente de ti, de tus hijos. Al igual que sucede con pedir perdón, se nos dificulta expresar esa gratitud, muchas veces porque sentimos vergüenza, o el estrés o la costumbre, o simplemente porque esa otra persona está ahí o entendemos que es su obligación cumplir.

Está demostrado que pensar con gratitud nos ayuda a saborear la vida, ya que te sientes afortunado/a de los dones que tienes en tu vida.
La gratitud y el perdón nos ayudan a fortalecer nuestras relaciones, serán más próximas y de mayor calidad. Al practicar la gratitud y el perdón, hará que estemos siempre pendientes de nuestras personas relevantes.
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