martes, 1 de junio de 2010

DIVORCIO


Me divorcié de la amargura, de la tristeza, la envidia y del egoísmo, de los rencores, de las malas caras, de pensar mal de los otros, de las etiquetas baratas de los seres humanos, me he divorciado de la soledad, de la ignorancia espiritual, de la hipocresía, de la falta de sensibilidad.

Me he divorciado de la mediocridad, de la arrogancia y jactancia, de los atropellos, de pensar que soy mejor que los demás, me he divorciado de todo lo negativo que pueda privarme de ser una persona feliz, honesta y en paz conmigo misma y con los demás.
Así que estoy soltera de esos malos sentimientos, casada con la paz, la humildad, el amor a mi familia y la ayuda que puedo brindarle al prójimo si esperar nada a cambio, a lo cuál prometo serle fiel por el resto de mis días.
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