Cuando me amé, entendí que en cualquier circunstancia o situación, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, pude relajarme. Conocí la… autoestima.
Cuando me amé, entendí que mi ansiedad y mi sufrimiento emocional, son señales de que camino contra mis propias verdades. Comprendí la… autenticidad.
Cuando me amé, entendí que todo lo que me sucede contribuye a mi crecimiento, dejé de desear que mi vida fuera diferente. Entiendo que la madurez es un proceso.
Cuando me amé, entendí qué es negativo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar lo que deseo. Sé que debo aplicar el… respeto.
Cuando me amé, entendí que debo liberarme de todo lo que no es saludable: personas y situaciones y cualquier cosa que me empuje hacia abajo. Sé que esto es… amor hacia uno mismo.
Cuando me amé, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre, ahora hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo… simplicidad.
Cuando me amé, desistí de querer tener siempre la razón y, me equivoqué menos veces. Descubrí la… humildad.
Cuando me amé, desistí de revivir el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, vivo el presente, es donde la vida acontece. Buscaré incesantemente la… plenitud.
Cuando me amé, entendí que mi mente puede traicionarme y decepcionarme. Sin embargo, si la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa compañera. Deseo… saber vivir!
Fotografia: http://www.sxc.hu/photo/1184244
lunes, 24 de mayo de 2010
SABER VIVIR
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IRE
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Etiquetas:
plenitud