viernes, 16 de abril de 2010

PERDONAR

La palabra perdón se compone de otras dos: Para y dar. Pues el que perdona se da más a sí mismo. En el libro El Sermón de la Montaña, (Emmet Fox) escribe que cuando guardamos resentimientos hacía alguien, estamos unidos con esa persona por una cadena más fuerte que el acero.
Si de verdad queremos separarnos de ese alguien lo mejor es soltar cualquier sentimiento negativo hacia la persona y verla como un ser más en la tierra.
Perdonarte a ti mismo (importante) algunas veces somos muy críticos y severos con uno mismo, debemos aprender a soltar el remordimiento y perdonarnos.
Tal vez esto te pueda ayudar:
1. Considera qué circunstancia vivió esa persona para llegar a ser como es, o qué situación estaría viviendo para haber hecho lo que hizo, aún intencionalmente.
2. Considera qué parte jugaste o qué hiciste que propició tal resultado. Cuál fue tu responsabilidad esto.
3. Deja atrás el papel de víctima y prosigue con tu vida.
4. Recuerda las cosas positivas y buenas que te unieron a esa persona, los ratos buenos y bellos que pasaste con ella, los momentos de amor, apoyo y comprensión mutuos.
5. Visualiza a la persona que te lastimó (tal vez intencionalmente) recibiendo bellos regalos, muestras de amor, logrando sus anhelos, triunfando.
6. Deséale que se encuentre a sí misma, que encuentre su camino.
7. Liberar a la persona con el perdón es liberarnos a nosotros mismos para vivir en el presente, en el aquí y en el ahora sin perderte de los regalos de cada día.
Somos inteligentes y sabemos que el conservar en nuestros corazones odio, rencor, resentimiento o remordimiento, estamos contribuyendo y perpetuando la incomodidad interna, dejando de disfrutar el momento. Cada vez que recordamos cualquier episodio que nos causa dolor, dejamos de vivir el aquí y el ahora. Dejamos de avanzar en nuestro desarrollo personal, en nuestro crecimiento espiritual.

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