Hoy disfrute la lluvia como si fuera un amigo perdido hace mucho tiempo. Salí a hacer un poco de bicicleta con una amiga y la lluvia salió a nuestro encuentro. Recuperar a la amiga pérdida, sentirla, disfrutarla tocando mi rostro, mi piel, generó tantos recuerdos preciosos de mi vida.
De pequeña, la lluvia era siempre nuestra compañera de juegos, con mis hermanas y amigos salíamos a cantar ¡Que llueva, la Virgen de la Cueva!, el agua se juntaba en las aceras y rápido íbamos a casa por una hoja de papel periódico, hacíamos barquitos de papel e iniciaba la competencia del barquito que llegara más pronto al final de la calle, la emoción, los gritos, la lluvia cayendo sobre nosotros, nada importaba en ese momento, más que sentir la lluvia y disfrutarla en compañía. Por supuesto que después venia una buena reprimenda cuando llegábamos a casa empapadas.
Tengo un buen amigo, Gilligan, así le decíamos, estudiamos juntos, me hablaba de los compañeros que se morían por mí, con el compartí mi amor por el deporte, salíamos a ejercitarnos en bicicleta, conversábamos durante el trayecto y la lluvia siempre fue una fiel compañera en aquellos paseos largos, no reparábamos cuantos kilómetros habíamos recorrido. Mi gran amigo al que veo cada vez que visito mi ciudad, y platicamos como si no hubieran pasado tantos años, la misma confianza, el gran cariño que nos tenemos sigue ahí.
Hoy nuevamente después de tantos años, siento a mi amiga la lluvia, la amiga que guarda tantos hermosos y bellos recuerdos de la infancia. No sé si a estas alturas mañana tendré catarro, pero bien vale la pena por todos los regalos que trajo consigo.
sábado, 7 de agosto de 2010
MI REENCUENTRO CON LA LLUVIA
Publicado por
IRE
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Etiquetas:
reflexion
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