Preguntó a un roble que estaba plantado junto a la puerta del cercado, cual era la causa.
Se encontró con que el roble estaba hastiado de la vida y decidió morir porque no era alto y hermoso como el pino.
El pino estaba descorazonado porque no podía producir uvas como la vid. La vid iba a suicidarse porque no podía mantenerse derecha y tener frutos tan hermoso como el melocotonero.
El geranio estaba enojado porque no era alto y fragante como la lila, y en fin, esta era la situación de todo lo que había en el jardín.
Cuando el rey llegó a un pensamiento, vio que su cara estaba brillante y tan contenta como siempre: “Bueno, pensamiento, me alegro de encontrar en medio de tanto desaliento una florecilla valiente.
Tú no pareces estar desanimada en lo más mínimo. “No, yo no soy de mucha importancia, pero pensé que si usted desease un roble, un pino, una vid o un melocotonero los hubiese plantado; pero como sabía que usted deseaba un pensamiento, me he propuesto poner de mi parte todo cuanto pueda, para ser un buen pensamiento como me sea posible”
Cuanto aprendizaje en un simple cuento, “Hoy, necesito aprender a contentarme cualquiera sea mi situación”
Cuantas veces el desánimo me ha invadido porque he querido estar en otro lugar o no vivir lo que estoy viviendo: Hoy, necesito aprender a contentarme..cualquiera que sea mi situación.
Cuando protesto y me quejo de una situación ..no aprenderé a contentarme con ella. Hoy es un buen día para aprender a contentarme.
Recuerdo los días que he perdido lamentándome y protestando una situación y he desperdiciado la gran oportunidad de aprender a contentarme.
Cuando aprendo a contentarme, la perspectiva de la vida cambia y se torna diferente
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Lo viste, gracias